martes, 7 de septiembre de 2010

El tiempo y la distancia nos cortaron las alas

Justo cuando pensé que había llegado el que era para mí, me tuve que alejar. Siento mucho haber reaccionado de esa forma instintiva que suelo tener, mi risa. Que aunque pareció malévola y un tanto burlona, no fue así. Lo cierto es que estallo a carcajadas cada vez que me pongo nerviosa. No encuentro palabras ni otra salida y simplemente suelto una.

Amé el momento en que al escuchar que alguien más me revelaba tu secreto guradado por tres largos y lindos meses, me miraste con esos ojos brillosos que tienes, se habría una esperanza, quizás. Admito que arruiné el momento al reírme tan exageradamente. Tú solo dijiste cinco palabras: ME ACABAS DE ROMPER EL CORAZÓN (You just broke my heart).

Aunque me arrepentí muchísimo de no haberte dicho que yo sentía lo mismo, ahora lo pienso con la mente un poco fría y creo que tuvo ser así. Yo sabía que debía dejar nuestro lugar y regresar al mío, lamentablemente. Siempre lo supe y si hubiera sabido que encontraría alguien como tú, me habría quedado. Pero no lo supe, hasta que ya era muy tarde.

No creo que haya sido culpa de nadie, falta de coraje de ambos probablemente. Yo era muy chica todavía, aún lo soy. Tú empezabas a ser un adulto, joven pero adulto en fín. A mí los años de diferencia no me fastidiaron nunca. Seis, casi siete. A ti te daba miedo hacerme daño. Lo entendía, te podían meter preso, con las reglas de ese país uno nunca sabe y es mejor no arriesgarse. Mis padres nunca te hubiesen hecho daño, pero tú ni los conocías. Tu no entendías bien mi cultura, yo tampoco la tuya. Sólo nos entendíamos a nosotros mismos.

Fue muy difícil para mí partir de esa mágica ciudad, no sólo por que tuve que alejarme de tu lado, pues sembré muchas amistades que son mi gran cosecha hoy día. Mis ojos se mantuvieron húmedos por lo menos unas 5 horas en todo el trajín del viaje. Llegué aquí con una sensación extraña de querer regresar inmediatamente con todos ustedes, sobre todo contigo. Poder contarte al fin todo lo que sentía, lo que se cruzaba por mi mente loca, pero buena. Los 5 días libres que tuve después de que terminé de trabajar, regrese a nuestro punto de encuentro, lo hice 5 veces creyendo que el destino jugaría a mi favor y en algunas de ellas te encontraría, pero no fue así. Otra vez el tiempo y la distancia me hicieron caer a la tierra de porrazo. Los cinco fatídicos días soñé con el momento en que te contaba todo, era simplemente perfecto. Íbamos a la playa, caminábamos de la mano dejando nuestras huellas en la arena blanca, lastima que fue solo en sueños. Juro que no hubiera callado nada, pero eso nunca sucedió.

Ahora que lo recuerdo, dejo que mi hipotálamo se crea cerebro, vuele un poco y llegue a la conclusiónde que ese no era nuestro momento y que algún dichoso día nuestros caminos se volverán a cruzar en algún lugar inesperado. Lamentablemente, al menos ahora, mi hipotálamo se equivoca.

Hoy te hablé, ni sé porque lo hice, creo que extrañaba tus ocurrencias y bromas, tu forma de ver y sentir la vida, quise sentir un poco de la energía con que contagias a cualquiera fácilmente y lo hice.

No fue lo mismo de antes, hace mucho que no hablábamos y la verdad es que el tiempo, la distancia y el medio de comunicación, tan frío, no colaboraron con nosotros. Tú tenías que ir a dormir pues mañana trabajas. Arrancarás el día muy temprano, te levantarás por lo menos a las 5 para bañarte y llegarás bien arregladito y a tiempo como siempre. Aún recuerdo tu cuello de la camisa, intachable. La raya del pantalón, perfecta. Y los zapatos, brillantes como un espejo nuevo.Todo se quedó grabado en mi retina.

Al poco tiempo de terminar nuestra corta charla, me enteré de la nada de una gran noticia. ¡ TE CASAS! No sé si fue coincidencia o intuición mía, pero tuve que hablarte justo hoy. Tú no me contaste nada, sé que no te gusta lastimar a nadie y menos cuando no sabes qué es lo que queda. Te entiendo muy bien, yo tampoco lo haría, lo sabes.

Ya me había enterado de que estabas enamorado de alguien, no pensé que era tan fuerte el sentimiento. Pero ahora que recuerdo bien cómo eres, no puede ser de otra forma contigo. Tu manera de sentir no cambiaría nunca. Tan intensa como siempre, la gente no te cree hasta que ve lo que poco a poco vas logrando, siempre con el corazón. Bienaventurados los apasionado, como tú, como yo. Bienaventurado seas siempre tú.

Hay un sentimiento raro mi, mezcla de alegría y nostalgia. Por ti y la afortunada vida que te espera es la primera. Por nosotros o al menos lo que pudo haber sido y nunca fue es la segunda. De verdad y de todo corazón espero que todo te salga bien, porque mereces lo mejor de una mujer tan sólo por ser como eres. Que seas muy feliz con esa persona hasta que sientas que ya no cabe en ti más alegría. Siento y sabes que pienso que no fue justo lo que nos hicieron. El tiempo y la distancia nos cortaron las alas. Ahora solo me queda una cosa por hacer, darte las gracias. Te agradezco infinitamente por haberme enseñado a ver el mundo de otra manera, por haberme querido en silencio como lo hiciste, por haber soportado mis malas manías, mi risa, mis silencios. MUCHAS GRACIAS.